Trastorno por déficit de atención e hiperactividad: signos y síntomas
¿Qué es el trastorno por déficit de atención e hiperactividad?
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH, o ADHD
por sus siglas en inglés) es una enfermedad que impide que un niño
controle su nivel de actividad y sus reacciones frente a lo que sucede a
su alrededor. A un niño con TDAH se le dificulta concentrarse o
quedarse quieto.
Este síndrome se manifiesta en la infancia y, por lo general, se prolonga hasta la adolescencia y la edad adulta.
La mayoría de los especialistas afirman que es muy difícil diagnosticar el TDAH en niños menores de 5 años. Esto es porque algunos de los síntomas (como la agitación y la necesidad de movimiento) son difíciles de diferenciar del comportamiento típico de los niños pequeños, que por lo general tienen mucha energía. Además, los niños a esta edad se desarrollan rápidamente, lo cual también dificulta el diagnóstico.
Sin embargo, es importante que tengas en cuenta que los síntomas del TDAH se presentan a una edad temprana, así que puedes comenzar a notarlos cuando tu niño es todavía muy pequeño.
Este síndrome se manifiesta en la infancia y, por lo general, se prolonga hasta la adolescencia y la edad adulta.
La mayoría de los especialistas afirman que es muy difícil diagnosticar el TDAH en niños menores de 5 años. Esto es porque algunos de los síntomas (como la agitación y la necesidad de movimiento) son difíciles de diferenciar del comportamiento típico de los niños pequeños, que por lo general tienen mucha energía. Además, los niños a esta edad se desarrollan rápidamente, lo cual también dificulta el diagnóstico.
Sin embargo, es importante que tengas en cuenta que los síntomas del TDAH se presentan a una edad temprana, así que puedes comenzar a notarlos cuando tu niño es todavía muy pequeño.
¿Cuáles son los síntomas?
Pueden variar de un niño a otro. Los especialistas han identificado tres
tipos principales de TDAH: TDAH inatento (es decir, trastorno de
déficit de atención, anteriormente conocido como TDA o ADD por sus
siglas en inglés); TDAH hiperactivo-impulsivo; y TDAH mixto, en el cual
el niño tiene ambos síntomas de falta de atención e hiperactividad. Para
diagnosticar el TDAH, el doctor de tu niño hará una evaluación, que se
enfocará en su comportamiento. Examinará ciertas conductas, las cuales
deben presentarse en más de un contexto, y durante un periodo de más de
seis meses. Tales comportamientos deben afectar de manera negativa la
vida del niño, tanto en el hogar como en la escuela y en su entorno social.
Signos de falta de atención:
• Fantasea y le cuesta mucho prestar atención.
• Le cuesta mucho escuchar lo que le dicen.
• Se distrae fácilmente de sus tareas y del juego.
• Le cuesta seguir instrucciones.
• Es desorganizado.
• Pierde cosas importantes.
• Se olvida de las cosas.
• No quiere hacer actividades que exijan mucho esfuerzo mental.
Signos de hiperactividad:
• Generalmente está inquieto o se contorsiona, parece estar en constante movimiento.
• Habla mucho.
• Le cuesta participar en actividades tranquilas.
• A menudo corre de un lado a otro y se trepa en lugares inapropiados.
Signos de impulsividad:
• Contesta antes de que terminen de hacerle una pregunta.
• No tiene paciencia.
• Tiene dificultad para esperar su turno o quedarse quieto en una una fila.
• Actúa y habla sin pensar.
• Se lanza a cruzar la calle sin mirar.
• Interrumpe a otros.
Es probable que algunas de estas conductas te parezcan conocidas. Prácticamente todos los niños se emocionan demasiado o se alteran de vez en cuando. Pero si crees que a tu pequeño le sucede esto más que a otros niños de su edad y estás preocupada, consulta con su doctor.
Signos de falta de atención:
• Fantasea y le cuesta mucho prestar atención.
• Le cuesta mucho escuchar lo que le dicen.
• Se distrae fácilmente de sus tareas y del juego.
• Le cuesta seguir instrucciones.
• Es desorganizado.
• Pierde cosas importantes.
• Se olvida de las cosas.
• No quiere hacer actividades que exijan mucho esfuerzo mental.
Signos de hiperactividad:
• Generalmente está inquieto o se contorsiona, parece estar en constante movimiento.
• Habla mucho.
• Le cuesta participar en actividades tranquilas.
• A menudo corre de un lado a otro y se trepa en lugares inapropiados.
Signos de impulsividad:
• Contesta antes de que terminen de hacerle una pregunta.
• No tiene paciencia.
• Tiene dificultad para esperar su turno o quedarse quieto en una una fila.
• Actúa y habla sin pensar.
• Se lanza a cruzar la calle sin mirar.
• Interrumpe a otros.
Es probable que algunas de estas conductas te parezcan conocidas. Prácticamente todos los niños se emocionan demasiado o se alteran de vez en cuando. Pero si crees que a tu pequeño le sucede esto más que a otros niños de su edad y estás preocupada, consulta con su doctor.
¿Podrían otros factores causar este comportamiento?
Sí. Un problema de audición o visión o un retraso en el aprendizaje
podrían afectar la capacidad de concentración de tu niño. También puede
manifestar algunos de estos comportamientos si atraviesa por una
situación difícil como el fallecimiento de un ser querido o un divorcio
en la familia. O quizá necesite hacer más actividad física para
canalizar sus energías. Si estás preocupada, consulta con su pediatra.
Su doctor te puede sugerir que lo observes por un tiempo, ya que aún es
muy pequeño para hacerle un diagnóstico. O bien, es posible que
considere que debe evaluarlo de inmediato.
¿Es muy común el TDAH?
De acuerdo con la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP por sus
siglas en inglés), el TDAH afecta del 4 al 12 por ciento de los niños
estadounidenses en edad escolar. Los síntomas suelen presentarse antes
de los 7 años de edad. Algunos estudios demuestran que el TDAH afecta
tres veces más a los niños que a las niñas. Asimismo, los niños con
TDAH, generalmente tienen familiares que padecen esta enfermedad.
¿Cuáles son las causas del TDAH?
Aunque existe un importante número de investigaciones al respecto, aún
quedan muchas preguntas sin responder. La mayoría de los investigadores
sostienen que el TDAH es, en parte, genético. Algunos estudios
demuestran que si un niño padece de TDAH, la posibilidad de que un
hermano también tenga esa enfermedad, es del 20 al 25 por ciento, o
cinco veces mayor que en la población general.
Es posible que además exista un factor neurológico. Se cree que las personas con TDAH han heredado una incapacidad física para regular los niveles de ciertas sustancias químicas en el cerebro tales como la dopamina y la norepinefrina. Y los investigadores han revelado que los niños con TDAH tienen entre 3 y 4 por ciento menos de volumen en todas las zonas del cerebro comparados con niños que no padecen esta enfermedad. Además tienen menos sustancia blanca (las fibras que conectan las áreas del cerebro). Antes que existieran tantos estudios sobre este padecimiento, los investigadores afirmaban que los trastornos de atención los causaban pequeñas lesiones en la cabeza o daños menores en el cerebro. No obstante, la gran mayoría de las personas con TDAH no tienen antecedentes de lesiones en la cabeza o daño cerebral.
El consumo de cigarrillos y alcohol durante el embarazo también puede contribuir a que los bebés desarrollen este padecimiento.
Lo cierto es que existe mucha confusión en cuanto a esta enfermedad. Muchos creen que el TDAH está vinculado con el azúcar refinado, los aditivos de los alimentos y las vacunas. No obstante, los estudios más recientes no revelan ninguna vinculación entre esos factores y el TDAH.
Además el TDAH no se debe al trato que le dan los papás a sus hijos, ni a problemas familiares o a una educación deficiente. Tampoco tiene nada que ver con el exceso de televisión. Cabe la pena señalar que el entorno en el que se desarrolla el niño no es una causa directa de este padecimiento. Sin embargo, el entorno puede empeorar la gravedad del trastorno y afectar la manera en que un niño enfrenta su condición y vive con ella.
Es posible que además exista un factor neurológico. Se cree que las personas con TDAH han heredado una incapacidad física para regular los niveles de ciertas sustancias químicas en el cerebro tales como la dopamina y la norepinefrina. Y los investigadores han revelado que los niños con TDAH tienen entre 3 y 4 por ciento menos de volumen en todas las zonas del cerebro comparados con niños que no padecen esta enfermedad. Además tienen menos sustancia blanca (las fibras que conectan las áreas del cerebro). Antes que existieran tantos estudios sobre este padecimiento, los investigadores afirmaban que los trastornos de atención los causaban pequeñas lesiones en la cabeza o daños menores en el cerebro. No obstante, la gran mayoría de las personas con TDAH no tienen antecedentes de lesiones en la cabeza o daño cerebral.
El consumo de cigarrillos y alcohol durante el embarazo también puede contribuir a que los bebés desarrollen este padecimiento.
Lo cierto es que existe mucha confusión en cuanto a esta enfermedad. Muchos creen que el TDAH está vinculado con el azúcar refinado, los aditivos de los alimentos y las vacunas. No obstante, los estudios más recientes no revelan ninguna vinculación entre esos factores y el TDAH.
Además el TDAH no se debe al trato que le dan los papás a sus hijos, ni a problemas familiares o a una educación deficiente. Tampoco tiene nada que ver con el exceso de televisión. Cabe la pena señalar que el entorno en el que se desarrolla el niño no es una causa directa de este padecimiento. Sin embargo, el entorno puede empeorar la gravedad del trastorno y afectar la manera en que un niño enfrenta su condición y vive con ella.
¿Podrá mi niño superarlo?
Probablemente no. Por lo general, los niños que padecen de TDAH, siguen
con esa condición hasta que son adultos. De hecho, el 80 por ciento de
los niños que toman medicamentos para el TDAH durante la infancia,
siguen necesitándolos en la adolescencia. Y más de la mitad de ellos
continúa con el medicamento cuando son adultos. Sin embargo, muchos
aprenden a controlar la condición.
¿Es el TDAH controvertido?
Sí, el tema es controvertido. Parte de ello se debe a que los
especialistas, aún no determinan cuál es su causa. Y por otra parte es
muy difícil de diagnosticar, dado que los síntomas del TDAH se confunden
fácilmente con la conducta típica de los niños durante la infancia.
Los medicamentos para los niños con TDAH también han sido objeto de discusión. Médicos, especialistas y padres, tienen sus propias opiniones en cuanto a si los niños menores de 6 años, deben tomar medicamentos para tratar el TDAH. Cabe subrayar que las guías de diagnóstico de la AAP, para el tratamiento de TDAH, son sólo para niños de entre 6 y 12 años.
Aproximadamente, tres de cada cien niños que toman medicamentos tales como Ritalin y otros estimulantes que se utilizan para tratar el TDAH, pueden padecer efectos secundarios. Entre éstos se incluyen el dolor de estómago y de cabeza, la pérdida de peso y la dificultad para dormir. La hipertensión y el retraso en el crecimiento son otros posibles efectos secundarios. Si el doctor le receta a tu niño medicamentos para el TDAH, es muy probable que le haga revisiones médicas frecuentes.
Los medicamentos para los niños con TDAH también han sido objeto de discusión. Médicos, especialistas y padres, tienen sus propias opiniones en cuanto a si los niños menores de 6 años, deben tomar medicamentos para tratar el TDAH. Cabe subrayar que las guías de diagnóstico de la AAP, para el tratamiento de TDAH, son sólo para niños de entre 6 y 12 años.
Aproximadamente, tres de cada cien niños que toman medicamentos tales como Ritalin y otros estimulantes que se utilizan para tratar el TDAH, pueden padecer efectos secundarios. Entre éstos se incluyen el dolor de estómago y de cabeza, la pérdida de peso y la dificultad para dormir. La hipertensión y el retraso en el crecimiento son otros posibles efectos secundarios. Si el doctor le receta a tu niño medicamentos para el TDAH, es muy probable que le haga revisiones médicas frecuentes.
¿Cómo evaluarán a mi niño?
El pediatra examinará a tu niño y verificará su historial médico así
como su comportamiento social. Es muy posible que te haga preguntas
sobre tu embarazo y sobre si otros miembros de la familia padecen de
esta enfermedad. Además querrá saber más sobre el estado emocional de tu
niño. Es probable que te recomiende que le hagan exámenes para
descartar posibles problemas de visión y audición.
El pediatra quizás sugiera que a tu niño lo vea un psicólogo o siquiatra infantil, un pediatra especializado en desarrollo infantil u otro especialista en salud mental. El especialista que se encargue del caso de tu niño le hará varias pruebas para evaluar su memoria y su capacidad para resolver problemas y escuchar. Además te pedirá que tú o la persona que cuide a tu hijo conteste un formulario que incluirá preguntas tales como “¿Con qué frecuencia observas que está inquieto?”. Las respuestas pueden variar de “nunca” a “siempre”.
El especialista evaluará las conductas asociadas con el TDAH. Posiblemente te pida a ti o a la persona que cuida a tu hijo que escriban una carta donde detallen su comportamiento habitual. El médico podrá hacer un diagnóstico junto con otros especialistas.
El pediatra quizás sugiera que a tu niño lo vea un psicólogo o siquiatra infantil, un pediatra especializado en desarrollo infantil u otro especialista en salud mental. El especialista que se encargue del caso de tu niño le hará varias pruebas para evaluar su memoria y su capacidad para resolver problemas y escuchar. Además te pedirá que tú o la persona que cuide a tu hijo conteste un formulario que incluirá preguntas tales como “¿Con qué frecuencia observas que está inquieto?”. Las respuestas pueden variar de “nunca” a “siempre”.
El especialista evaluará las conductas asociadas con el TDAH. Posiblemente te pida a ti o a la persona que cuida a tu hijo que escriban una carta donde detallen su comportamiento habitual. El médico podrá hacer un diagnóstico junto con otros especialistas.
¿Cuál es el tratamiento?
Existen diferentes tratamientos para combatir el TDAH, en este artículo queremos destacar que La Osteopatía Craneal, Estructural y Visceral, son de gran ayuda, con unos resultados realmente interesantes.
¡¡Desde aquí os invito a probarlo!!
¿Qué puedo hacer en casa y en el Cole para ayudar a mi hijo?
El primer paso es aceptar que tu pequeño padece este trastorno. Después
es importante que estés consciente de las habilidades de tu hijo. Muchos
niños con TDAH son increíblemente inteligentes y creativos. Así que tu
niño podría llegar a ser un eminente científico o director
cinematográfico. Pero será necesario que reconsideres la manera de
educarlo así como también el tipo de entorno que le vas a ofrecer.
Comienza con lo siguiente:
• Busca ayuda. Si tienes un diagnóstico concluyente, informa a todos los miembros de tu familia (por lo menos a aquellos que pasan mucho tiempo con tu niño), amigos cercanos, maestros, y a cualquier otra persona que pueda ofrecerles su apoyo. Algunos padres de niños con TDAH suelen ocultar el problema por el que atraviesan, porque temen que estigmaticen a su niño. Sin embargo, el reconocer el problema puede darte paz y tranquilidad. Y es de suma importancia que cuentes con un grupo de personas que te ayuden para que tu niño reciba todo el apoyo que necesita.
• Modifica el entorno. Es recomendable que tu niño no esté rodeado de muchas cosas que lo estimulen y distraigan demasiado. Asegúrate que su habitación esté ordenada. Evita los excesos. Si tienes demasiados juguetes y libros, esconde algunos. Si tienes a tu hijo en una guardería, pídele a la encargada que tenga al niño en un lugar donde le sea más fácil tranquilizarlo y controlarlo. Pídele también que lo aleje de los niños o de los objetos que lo distraigan mucho.
• Establece rutinas. Es recomendable que todos los pequeños tengan rutinas. Y esto es aún más importante para los niños con TDAH, ya que al contar con una rutina que se repite diariamente, evitarás su ansiedad y tensión. Tu niño se sentirá más tranquilo y seguro si sabe qué actividades hará durante el día. De vez en cuando puedes incluir nuevas actividades en su rutina. Pero recuerda que lo más importante es que te asegures que tu niño sepa cuándo y dónde comerá y a qué hora serán sus siestas.
• Recompensalo. Quizás no sepas que a los niños con TDAH les encantan las recompensas, por más simples que éstas sean. Elogia de inmediato su buen comportamiento (“¡Te cepillaste los dientes como te pedí! ¡Gracias!”), y dale a tu niño un pequeño premio que le guste, como un libro de uno de sus personajes preferidos. La recompensa debe ser algo que pueda disfrutar de inmediato, puesto que a los niños con TDAH no les gusta esperar. Al darle una muestra de reconocimiento, tu hijo se sentirá muy bien y querrá repetir esa actividad por la que lo premiaste. Con el tiempo, es posible que realice las tareas que le asignes por iniciativa propia y habrá menos necesidad de ofrecerle esas recompensas.
• Busca ayuda. Si tienes un diagnóstico concluyente, informa a todos los miembros de tu familia (por lo menos a aquellos que pasan mucho tiempo con tu niño), amigos cercanos, maestros, y a cualquier otra persona que pueda ofrecerles su apoyo. Algunos padres de niños con TDAH suelen ocultar el problema por el que atraviesan, porque temen que estigmaticen a su niño. Sin embargo, el reconocer el problema puede darte paz y tranquilidad. Y es de suma importancia que cuentes con un grupo de personas que te ayuden para que tu niño reciba todo el apoyo que necesita.
• Modifica el entorno. Es recomendable que tu niño no esté rodeado de muchas cosas que lo estimulen y distraigan demasiado. Asegúrate que su habitación esté ordenada. Evita los excesos. Si tienes demasiados juguetes y libros, esconde algunos. Si tienes a tu hijo en una guardería, pídele a la encargada que tenga al niño en un lugar donde le sea más fácil tranquilizarlo y controlarlo. Pídele también que lo aleje de los niños o de los objetos que lo distraigan mucho.
• Establece rutinas. Es recomendable que todos los pequeños tengan rutinas. Y esto es aún más importante para los niños con TDAH, ya que al contar con una rutina que se repite diariamente, evitarás su ansiedad y tensión. Tu niño se sentirá más tranquilo y seguro si sabe qué actividades hará durante el día. De vez en cuando puedes incluir nuevas actividades en su rutina. Pero recuerda que lo más importante es que te asegures que tu niño sepa cuándo y dónde comerá y a qué hora serán sus siestas.
• Recompensalo. Quizás no sepas que a los niños con TDAH les encantan las recompensas, por más simples que éstas sean. Elogia de inmediato su buen comportamiento (“¡Te cepillaste los dientes como te pedí! ¡Gracias!”), y dale a tu niño un pequeño premio que le guste, como un libro de uno de sus personajes preferidos. La recompensa debe ser algo que pueda disfrutar de inmediato, puesto que a los niños con TDAH no les gusta esperar. Al darle una muestra de reconocimiento, tu hijo se sentirá muy bien y querrá repetir esa actividad por la que lo premiaste. Con el tiempo, es posible que realice las tareas que le asignes por iniciativa propia y habrá menos necesidad de ofrecerle esas recompensas.
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